SECCIONES

... Y TODO RECTO HASTA EL AMANECER

Si sabes lo que significa, no te digo nada más, nos vemos allí y lucharemos con los piratas, las fieras y los indios, danzaremos con las hadas y comeremos pasteles imaginarios con los niños perdidos. Si aun así no lo sabes... quizás perdiste un algo dentro tuyo que te impide ver las cosas sencillas e importantes que hay a tu alrededor... búscalo y empezarás a ser feliz.

martes, 22 de mayo de 2012

Quién me ha robado el mes de abril? (y el de marzo, febrero, enero...)



A Sabina le robaron el mes de Abril, a mi es como si me hubieran quitado medio año, enterito.

Una vez leí que, el hecho de que los días pasen rápido cuando ya no somos niños es causado por la monotonía.  Cuando eres crío, todo es nuevo, todo es diferente y los días están llenos de cosas que asimilar y recordar, son largos.  Cuando eres más grande, la rutina hace que las cosas sean igual, las hacemos como sin pensar, sin darnos cuenta y claro, los días se nos esfuman.

La Noche Buena pasada la yaya tuvo una caída, desde entonces anda ingresada.  Y, lo que pasa cuando tienes 90 años, te caes y te rompes la pelvis y se te complica todo lo demás... apunto de quedarnos sin ella por varias veces, pasas de tener el corazón encogido cada minuto y cada vez que suena el teléfono (como en los primeros meses) a llevar la vida hospitalaria a tu día a día... siempre igual, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo... son nombres que no tienen significado allí dentro.
En un hospital se vive una rutina continua, los despiertan 2 veces en la noche (a la misma hora... las 00 y las 06), los levantan entre las 09 y las 10 (depende la habitación por la que empiecen ese día), el desayuno será a las 09.00, con las pastillas correspondientes.  A las 13.00 pinchazo para revisar los niveles de glucemia, a las 13.30 la comida y más medicamentos.  Sobre las 17 les llevan un yogur, un zumo o una infusión, a las 19.30 la cena y el resto de medicinas... un día, otro, otro y otro de lunes a domingo.  A los niños los visitan payasos, jugadores de fútbol, artistas... a los abuelos, si tienen suerte, los visitamos los nietos, si no... ni tan siquiera eso.  Triste, pero real.


               
Como familiar tu vida queda marcada por esas horas.  Turnos para acompañar durante las comidas, poder sacar a pasear (entre las 12 y las 13.30), llevar al baño... todo ello  intentando tener una normalidad, ir al trabajo, conseguir un poquito de tiempo para ti o despejar la mente, algo casi imposible cuando a cada paso que das en la calle es explicar una y otra vez  a cualquiera que te encuentras como va la situación.
El tema de conversación principal en casa y fuera de ella pasa a ser... como está la yaya hoy?

Se terminan las horas de comer normales y las de cenar, si tienes tiempo esperas al que ande allí con la abuela, si no, en casa hay 2 o 3 turnos diferentes para la comida.

Se terminan las cosas típicas que siempre hacías en familia como salir los fines de semana o simplemente ir a hacer la compra... la prioridad es esa persona que tienes ingresada, lo demás tiene que esperar a tener un rato libre, a que algún familiar o amigo venga a suplirte y así dejarte alguna hora para escapar al hipermercado más cercano o a hacer algo tan puramente trivial (pero necesario) como dar un paseo.

     

Se termina el carácter conocido de tu madre, de tu padre, de tu hermana, el tuyo y como no, de la yaya. Nervios, tristeza, depresión, agobio, furia, impotencia... todos y ninguno, ahora estas arriba, ahora caes y, cansancio, mucho cansancio, sobre todo mental.

Se termina el descansar, quieras o no tu casa se convierte en una centralita, los móviles y el teléfono fijo suenan y suenan... por la mañana, por la tarde y por la noche... cuando intentas dormir, cuando andas comiendo, cenando, se han dado veces en las que hemos estado 3 personas en diferentes teléfonos a la misma hora.

                 

                 

Se terminan muchas cosas y tu te adaptas para llevarlo lo mejor posible.  No sabría decir mis padres, o mi hermana o mi tía, yo, como suelo hacer en otras situaciones intento descubrir lo que hay de pequeño, bueno y bonito dentro de la situación.

Intentar fijarme en cosas que nunca había prestado atención antes (la Torre del agua de noche es espectacular), hacer sonreír a la abuelita que siempre dice "adeu!!" cuando pasas por su lado y que está cada día sentada en el mismo sitio, disfrutar del sol dando el paseo con la yaya y escuchar por milésima vez la historia de cuando su madre la llevó de promesa a Tiscar cuando ella tenia 8 años, observar la cantidad de pájaros diferentes que viven en los parques que bordean el hospital, sacar hueco cuando no lo hay solo para ir 5 minutos a darle las buenas noches y ver como sonríe cuando entras porque ya no te esperaba y te agarra la mano y no te la quiere soltar, dar un abrazo al despedirte a la compañera de habitación y que se le llene la cara de risa porque a ella también la quieres y la estimas y la tienes en cuenta...


Son cosas pequeñas pero te hacen sentir que no todo es malo, que las cosas bonitas están ahí esperándote y que si vas por la vida intentando ser feliz, la gente que viven en la oscuridad se contagia un poquito de tu luz y, de alguna manera, le cambias la rutina.

La yaya es una campeona, si no pasa nada en un mes, por fin, estará fuera de allí.  Con un poco de suerte, a pesar de tener que acostumbrarnos todos a una nueva vida pues la yaya no va a poder volver a andar, podremos dejar atrás la monotonía.

Quizás parezca extraño que diga esto pero... yo se que en mi casa para ninguno de nosotros la vida va a volver a ser igual que antes.  Demasiados nervios dejan una mella muy grande en el carácter y situaciones tan al límite prolongadas en el tiempo de esta manera te hacen plantearte cosas que antes ni se te hubieran pasado por la mente, para bien y para mal.

Yo se que estoy más irascible y menos paciente y siento la necesidad de escapar, de huir, de marcharme lejos, pero me aprisionan las circunstancias y eso me da agobio.  Como no puedo alejarme físicamente intento hacerlo mentalmente así que mi despiste es mayor y mis lapsus de silencio, o mi aislamiento en mi mundo o en el cuarto del pc también lo son.

Así que, a pesar de que fuera de casa intento normalizar mi vida y actuar como siempre y que dentro de ella todos andamos a nuestro rollo y no nos llevamos muy en cuenta las actitudes, mis disculpas a todos los que me han tenido y tienen que sufrir en los arranques de ira, de frustración o decaimiento y sobre todo mi agradecimiento a las personas que me servís de apoyo y me habéis hecho evadir y sacar una sonrisa los días en los que lo hubiera mandado todo a tomar por..................

P.D.: Hoy la yaya, por fin ha empezado con los fisioterapeutas para fortalecer la pierna y poder valerse lo más que pueda por ella misma.  Está un poquito más feliz y nosotros también.

P.D.: Si no lo digo reviento... Parking del Taulí... 1 hora aproximadamente 2 euros.  Abono semanal, con justificante de ingreso y solo para 1 coche por enfermo... unos 30 euros.  Cuesta más barato aparcar en un centro comercial o en el cine que visitar a un enfermo.  En los 5 meses que lleva la yaya llevamos 600 euros de parking.  Vergonzoso.


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