SECCIONES

... Y TODO RECTO HASTA EL AMANECER

Si sabes lo que significa, no te digo nada más, nos vemos allí y lucharemos con los piratas, las fieras y los indios, danzaremos con las hadas y comeremos pasteles imaginarios con los niños perdidos. Si aun así no lo sabes... quizás perdiste un algo dentro tuyo que te impide ver las cosas sencillas e importantes que hay a tu alrededor... búscalo y empezarás a ser feliz.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

En El País de Nunca Jamás... otra vez

Que nunca he conseguido entender el mundo que me rodea, lo se y lo he sabido siempre, pero él tampoco me entiende, así que andamos empatados y no le guardo rencor.

Desde que tuve uso de razón empecé a darme cuenta que lo que mis mayores hacían no era comprensible para mi y que todo lo que me querían enseñar era únicamente una manera de complicarme la existencia aunque para ellos fuera lo más normal y  lo más maravilloso del universo.

Conforme fui creciendo me quedo claro que yo no quería alcanzar ese estatus y entrar en el selecto círculo que rige y dirige la sociedad, que dice lo que tienes que hacer y por donde ir y te miran raro y se preocupan si no haces lo que lógicamente, por edad, te toca o es socialmente aceptado.

Al ir a cumplir mis 4 años intenté plantarme, no seguir, quedarme ahí para siempre, quise alcanzar el País de Nunca Jamás y me hubiera ido con un Peter Pan  sin pensarlo si hubiera aparecido a mi lado cuando todos se reían de las ocurrencias de una niña que no quiere apagar las velas para no crecer, para no tener que ir al colegio, para no tener que hacer cosas que no sabía o para no tener que terminar haciendo lo que no quería.

Mis intentos de escapar fueron nulos y aquí me quedé, lejos de esa isla fantástica que se encuentra, como este blog, en la segunda estrella a la derecha (y todo recto hasta el amanecer).  Eso si, nunca quise traicionar a mi yo interior y nunca he podido renunciar a ser como soy, a no querer seguir lo que el resto sigue solo porque me toca (por edad, por condición o por lo que sea), a dejar de lado mis fantasías, mis ilusiones o mi manera de entender el mundo pensara lo que pensara mi entorno más cercano (y el más lejano).

Esto aveces no es fácil, pero a mi en este sentido no me falta convicción, así que creo que lo llevan peor los que me rodean y no me conocen o todos a los que en el fondo les gustaría poder salirse del rebaño y no se atrevieron.


Estas semanas, de nuevo, me han vuelto esas ganas de escapar, de salir volando hacia arriba y no parar hasta alejarme de un mundo que no he entendido nunca y que realmente no se si quiero entender.  De dejar de escuchar a las personas su única verdad, de aguantar que te las restreguen unos y otros y te quieran convencer, de que no me dejen hablar, de que me digan que siente la cabeza, que baje al mundo real, que deje de vivir en las nubes, que invente excusas, que ponga buenas caras o que juegue a un juego (social) que no me apetece nada jugar, que me cuestionen como voy o como soy y que me hablen de quien no me interesa saber nada o de lo que no me interesa conocer en absoluto, aunque sea lo normal según esta sociedad en la que vivimos.

Yo no pido que me entiendan, solo que me respeten. 

Si no os gusta como vivís y lo que tenéis a vuestro alrededor os parece un asco, lo peor del mundo y os agobia sobremanera, no me culpéis y no queráis que yo lo mire con vuestros mismos ojos,  porque por lo general, para mi la realidad es totalmente diferente.

(Dedicado a todo aquel que se sienta aludido... ya lo dice el refrán "el que se pica... ajos come").

1 comentario:

Mertxe Medina dijo...

ahora le toca a tu clon cumplir los cuatro, a tu lado, como siempre, pero esta vez, al fin, ahí. a ver qué sorpresa nos depara... :)