Es difícil de saber el por qué, pero siempre hay un lugar, llámese bar, tienda, casa de amigo o familiar... en el que sabemos que si vamos, terminaremos cabreados. A pesar de ello, una fuerza inexplicable nos atrae hacia dicho sitio o situación y no podemos hacer nada para evitar el acudir allí una y otra y otra y otra... vez.
Justificar nuestra tozudez y masoquismo ante tal situación nos hace buscar una excusa convincente que, ante los demás y sobre todo ante nosotros mismos, nos convenza de que la repetición de ese comportamiento es totalmente inevitable o tiene una poderosa razón de ser. Normalmente es mentira, nosotros lo sabemos y no se la traga nadie (para que engañarnos) pero todos asienten y aceptan dichos motivos como la mayor de las verdades. No deja de ser curioso.
Porque, a ver, seamos francos, sabemos de sobra que en ese bar al que terminamos entrando nunca tendrán lo que les pidamos, o tardarán un mundo en servirnos, o el camarero es un gilipollas que te falta al respeto, o la mínima higiene brilla por su ausencia o es prácticamente incomible la mayoría de cosas que pides... pero... tu, a la que sales a hacer una caña terminas allí (es que aquí me traía mi abuelo y me cuesta cambiar; la costumbre ¿sabes?; han cambiado de dueños hace 10 años y se nota pero normalmente esto no pasa; lo demás es incomible pero tienen unas patatas de bolsa que estaaaaaan; está tan cerca de casa que a donde vas a ir sin pillar el coche...)...
También sabemos que en esta tienda, lo más normal es que te sirvan mal, antipáticamente, no te hagan caso y pasen delante tuyo a otra clientela de confianza, no sueles encontrar las cosas que exactamente buscas... pero antes que ir a otro sitio, antes que desplazarte a la competencia, terminas dentro (como es la de toda la vida y me pilla tan a mano; es la costumbre; no es que sean antipáticos es que no me han visto entrar, como siempre; no tienen lo que busco pero esto me servirá; no me han atendido pero es normal que lleven media hora hablando con esas personas porque igual hace mucho que no se ven...)...
No te apetece avisar a "tal" porque siempre que salís y viene amarga la fiesta o la termina liando y total, tu tampoco lo conoces tanto, es amigo de un amigo y el (o ella) cuando se monta la fiesta nunca avisa a nadie pero... lo llamas de nuevo (pobre no lo puede evitar, es así; el no quiere partirle la cara a nadie es que le provocan mirándole; es un pesado pero en el fondo tiene sus valores positivos, aunque no se aun donde por eso le llamo, me gustan los retos; no es que no le guste ningún sitio es que igual no lo entendemos; lo invito porque se que mi amigo lo conoce y le mola que venga...)...
Sabes que si vas a comprar con tu madre, hermana, amiga... terminarás, como siempre, con agobio mortal y sin saber donde meterte echando de menos no haberte llevado la psp, un comic o un libro para pasar el rato mientras se prueban toda la tienda o comparan el precio de 100 productos. Es de todos sabido que vas a comprar nada y menos... "será solo un momento, mirar una alfombrita para el baño y en media hora volvemos" y termináis en la sección de ropa interior, pantalones, blusas, bañadores, menaje y de paso haciendo la compra para llenar la nevera "¡ya que estamos aquí!". No sabes por qué, pero cuando te dicen eso de... ¿me acompañas un momento a comprar? a pesar de que te resistes, terminas volviendo a caer (bueno, total, es mi madre; algún día hará lo que dice y será un momento mágico y no me lo quiero perder; no es que tarden mucho, es que yo tardo poco; total, si no tenía nada mejor que hacer y aquí hay aire acondicionado, aunque no se nota la verdad...)... Ah!!! y no se te ocurra decir a ti que vas un momento a mirar unas revistas o unos juegos para el pc o la play porque entonces fijo que te dicen... "¡ pero tu no tenias tanta prisaaaaaaaa ahora vas a entretenerte!?????"
Hay que joderse!!!
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